Espero que lo disfruten, ya que los siguientes se pondrán algo más agitados por la acción e interacción entre los próximos protagonistas de la historia.
Escojan a su gusto el tamaño de la fuente para que sea más cómoda su lectura... ¡y a leer se ha dicho!
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Un viaje ninjástico
Cap. 1 - Final
Cuerpo: 14 16 18
El estruendo que produjo la explosión fue impresionante, aunque no tanto como el nombre de la técnica, que fue vociferada por el maestro clonador: “grancolasengan”. La onda efervescente había empujado a las tortugas varios metros hacia afuera, aunque también lo hizo con los tres ninjas cosplayers.
_ Oh, no ¡Ramen! ¿Estás bien? – exclamo angustiada la fémina.
Rafael, que reía a carcajadas por el nombre de la gran técnica, terminó desternillándose al oír el alias de su enemigo copiador. Donatello lo acompaño en el sentimiento, riendo y quejándose a la vez que lo hacía por el dolor. Leonardo se mantenía impasible, y cuando se incorporó para alistarse a la batalla, su maestro le quito esa impasividad.
_ ¿Por qué nos atacan? ¿Hemos invadido vuestro territorio?
Sus enemigos permanecieron en silencio por un buen rato. Entonces, el amo de los canes habló:
_ Ni idea ¿y ustedes?
_ Si ustedes no lo saben, tampoco nosotros.
Leo no podía creer lo que había dicho Splinter. Rafa dejo de reír. Dona quedo pensativo. April se animó a mirar fuera. Jones siguió corriendo.
Tomándose la barbilla, el interlocutor quedo inmóvil por un tiempo. Luego se volvió a tapar el ojo “laser”, y en tono despreocupado dijo:
_ Ya veo. En fin ¿podemos acampar con ustedes? La noche se ha puesto bastante oscura y fría.
_ Son bienvenidos – contesto el sensei ante la atónita mirada de sus pupilos. La joven y el copión hicieron caso al instante a su jefe, cambiando radicalmente su manera de actuar.
_ Hola, amigo. Yo soy Miso Ramen ¡claro que sí! – se presenta efusivamente el clonador – y a mi lado está la hermosa Tekura Pomada ¿a que no es una diva?
_ Ya basta, Ramen –le replica la damisela toda sonrojada dándole un puñetazo en el rostro al desdichado Miso que lo dejo por el piso.
_ ¡Ufh! Me recuerdan a O´Neil y Jones – dice Rafael.
Levantándose a duras penas, el cosplayer se endereza y presenta al último integrante.
_ Él es el fantástico, el inigualable, el inconfundible y misterioso ¡Kashi Tehatake! – exclama a viva voz mientras uno de sus clones lanza fuegos artificiales a espaldas del amo de los canes.
_ ¿Está seguro de que ellos son ninjas, maestro? –inquiere Donatello no muy convencido.
Mientras tanto, Casey Jones por fin detiene su alocada carrera. Mirando a su derredor ve que había subido hasta la boca del volcán Fantástico. Sin ánimos de bajar, se acurruco bajo una saliente y quedo profundamente dormido.
Ya establecidos en el campamento, el trio de shinobis conoce a la asustada April. Ella vio que estos iban vestidos de una manera poco habitual para lo que deberían ser los ninjas: uno con un abrigo naranja fluorescente, otro con chaleco antibalas y la última con un karategui fashion.
_ No es que quiera incomodarlos, pero ¿van vestidos para una misión especial?
_ ¿Misión especial?
_ Bueno, lo digo por sus vestimentas.
_ ¿Qué tienen mis ropas? – pregunta Tekura un poco incomoda.
_ Pues… no, nada en lo absoluto – replica O´Neil viendo que no iba a buen paradero su charla.
_ Claro ¿y porque vas vestida de mameluco amarillo?
_ ¿Yo? – pregunta April sorprendida – Es que soy una reportera.
_ ¿Y eso? ¿Las periodistas visten así?
_ Eh… buena pregunta, Tekura.
Mientras tanto, Ramen miraba absorto a las tortugas que se sentían incómodas por tal atención.
_ Siempre es lo mismo cuando nos ven… Ya ¿Qué es lo que tanto miras, “sopa”?– se queja Rafael – ¿nunca habías visto un anfibio con esteroides?
_ ¿Yo? No, claro que no.
_ Je. Me lo suponía.
_ No, no. Quiero decir, nunca había visto lo que me has dicho. Pero sí que he visto a seres semejantes a ustedes.
_ ¡¿Cómo?! – exclaman los hermanos sorprendidos.
_ ¿Te refieres a los sapos de la montaña Myōboku? – le pregunta el amo de los canes.
_ ¡¿Sapos?! ¡¡¿Es que nos ves con cara de sapos?!!
_ ¿Eh? ¿Qué no lo son, Kashi-sensei?
Leonardo y Donatello apenas podían sostener al enfadado Rafael.
_ Ay Ramen… ¿no ves que cargan con un gran caparazón a sus espaldas? ¿A qué te recuerdan?
_ Hum… ¿caparazón? caparazón… ¡Ya sé! ¿Son cangrejos, Tekura?
_ ¡¿Ah?!
_ ¿O serán escarabajos?
_ ¡¿Cómo?!
_ Entonces ¿Qué son? Porque para mí se parecen a sapos con caparazón.
_ Si serás, Ramen… ¡son tortugas!
_ ¿Tortugas? ¡Ah! ¿Cómo el Sanbi? ¡Eh! ¿Ustedes también son bichoos?
_ ¡Qué no somos ni sapos, ni crustáceos ni bichos! ¡¡Somos las tortugas ninjas!! –exclama Rafa exasperado.
_ Oh, vaya. Pues mucho gusto – les saluda el joven shinobi a los confundidos hermanos.
_ Je, je. No lo tomen a mal, es que siempre es así… ¡¿y eso?! ¡¡Aaaaaah!! – grita la joven al ver a Splinter.
_ Bueno, Tekura. Creo que no soy el único despistado aquí, eh ¿no ves que es una rata gigante?
_ ¡Y-ya l-lo sé, zopenco! Pe-pero… bueno… es que ¡Ugh! ¿No será un disfraz? ¿No?
El impasible roedor quedo helado al escuchar las palabras de la chica.
_ Je, no lo es señorita.
_ ¡Oh! Je, je… je. Ya veo – respondió tragando saliva.
_ ¡Ja, ja, ja! No se preocupe. Nuestro maestro posee los rasgos de todo un ser humano, y se sorprendería al ver que sus modales son mucho mejores que de cualquier hombre.
_ ¡Cofh, cofh! – tose el sensei algo nervioso – Gracias por la introducción, Donatello. Así es, mi cara joven. Aunque nuestras apariencias no sean del todo agraciadas, nuestro espíritu sigue el camino shinobi. Y como ustedes han sido presentados, debo corresponderles. Aquí a mi lado esta Rafael, el hermano imperioso del grupo. A su derecha Donatello, habido por el conocimiento y la tecnología. Y a mí izquierda se encuentra Leonardo, líder de las tortugas. Yo soy Splinter, su tutor y maestro.
La chica a duras penas podía creer que una rata gigante tuviera tales modales. Igualmente, correspondió al saludo.
_ Mu-mucho gusto.
_ Es honor, Splinter-san. No obstante, he de deciros que vuestra presencia me es de suma intriga, a decir verdad ¿Qué les trae por estas tierras? – pregunto Kashi.
_ Es verdad. Quizá crean que hemos invadido vuestro territorio, y pedimos disculpas por ello, pero lo que nos trae aquí es la búsqueda del cuarto hermano de las tortugas… y ahora que lo veo, también de nuestro amigo humano que salió huyendo a saber dónde.
_ Oh, no ¡Ramen! ¿Estás bien? – exclamo angustiada la fémina.
Rafael, que reía a carcajadas por el nombre de la gran técnica, terminó desternillándose al oír el alias de su enemigo copiador. Donatello lo acompaño en el sentimiento, riendo y quejándose a la vez que lo hacía por el dolor. Leonardo se mantenía impasible, y cuando se incorporó para alistarse a la batalla, su maestro le quito esa impasividad.
_ ¿Por qué nos atacan? ¿Hemos invadido vuestro territorio?
Sus enemigos permanecieron en silencio por un buen rato. Entonces, el amo de los canes habló:
_ Ni idea ¿y ustedes?
_ Si ustedes no lo saben, tampoco nosotros.
Leo no podía creer lo que había dicho Splinter. Rafa dejo de reír. Dona quedo pensativo. April se animó a mirar fuera. Jones siguió corriendo.
Tomándose la barbilla, el interlocutor quedo inmóvil por un tiempo. Luego se volvió a tapar el ojo “laser”, y en tono despreocupado dijo:
_ Ya veo. En fin ¿podemos acampar con ustedes? La noche se ha puesto bastante oscura y fría.
_ Son bienvenidos – contesto el sensei ante la atónita mirada de sus pupilos. La joven y el copión hicieron caso al instante a su jefe, cambiando radicalmente su manera de actuar.
_ Hola, amigo. Yo soy Miso Ramen ¡claro que sí! – se presenta efusivamente el clonador – y a mi lado está la hermosa Tekura Pomada ¿a que no es una diva?
_ Ya basta, Ramen –le replica la damisela toda sonrojada dándole un puñetazo en el rostro al desdichado Miso que lo dejo por el piso.
_ ¡Ufh! Me recuerdan a O´Neil y Jones – dice Rafael.
Levantándose a duras penas, el cosplayer se endereza y presenta al último integrante.
_ Él es el fantástico, el inigualable, el inconfundible y misterioso ¡Kashi Tehatake! – exclama a viva voz mientras uno de sus clones lanza fuegos artificiales a espaldas del amo de los canes.
_ ¿Está seguro de que ellos son ninjas, maestro? –inquiere Donatello no muy convencido.
Mientras tanto, Casey Jones por fin detiene su alocada carrera. Mirando a su derredor ve que había subido hasta la boca del volcán Fantástico. Sin ánimos de bajar, se acurruco bajo una saliente y quedo profundamente dormido.
Ya establecidos en el campamento, el trio de shinobis conoce a la asustada April. Ella vio que estos iban vestidos de una manera poco habitual para lo que deberían ser los ninjas: uno con un abrigo naranja fluorescente, otro con chaleco antibalas y la última con un karategui fashion.
_ No es que quiera incomodarlos, pero ¿van vestidos para una misión especial?
_ ¿Misión especial?
_ Bueno, lo digo por sus vestimentas.
_ ¿Qué tienen mis ropas? – pregunta Tekura un poco incomoda.
_ Pues… no, nada en lo absoluto – replica O´Neil viendo que no iba a buen paradero su charla.
_ Claro ¿y porque vas vestida de mameluco amarillo?
_ ¿Yo? – pregunta April sorprendida – Es que soy una reportera.
_ ¿Y eso? ¿Las periodistas visten así?
_ Eh… buena pregunta, Tekura.
Mientras tanto, Ramen miraba absorto a las tortugas que se sentían incómodas por tal atención.
_ Siempre es lo mismo cuando nos ven… Ya ¿Qué es lo que tanto miras, “sopa”?– se queja Rafael – ¿nunca habías visto un anfibio con esteroides?
_ ¿Yo? No, claro que no.
_ Je. Me lo suponía.
_ No, no. Quiero decir, nunca había visto lo que me has dicho. Pero sí que he visto a seres semejantes a ustedes.
_ ¡¿Cómo?! – exclaman los hermanos sorprendidos.
_ ¿Te refieres a los sapos de la montaña Myōboku? – le pregunta el amo de los canes.
_ ¡¿Sapos?! ¡¡¿Es que nos ves con cara de sapos?!!
_ ¿Eh? ¿Qué no lo son, Kashi-sensei?
Leonardo y Donatello apenas podían sostener al enfadado Rafael.
_ Ay Ramen… ¿no ves que cargan con un gran caparazón a sus espaldas? ¿A qué te recuerdan?
_ Hum… ¿caparazón? caparazón… ¡Ya sé! ¿Son cangrejos, Tekura?
_ ¡¿Ah?!
_ ¿O serán escarabajos?
_ ¡¿Cómo?!
_ Entonces ¿Qué son? Porque para mí se parecen a sapos con caparazón.
_ Si serás, Ramen… ¡son tortugas!
_ ¿Tortugas? ¡Ah! ¿Cómo el Sanbi? ¡Eh! ¿Ustedes también son bichoos?
_ ¡Qué no somos ni sapos, ni crustáceos ni bichos! ¡¡Somos las tortugas ninjas!! –exclama Rafa exasperado.
_ Oh, vaya. Pues mucho gusto – les saluda el joven shinobi a los confundidos hermanos.
_ Je, je. No lo tomen a mal, es que siempre es así… ¡¿y eso?! ¡¡Aaaaaah!! – grita la joven al ver a Splinter.
_ Bueno, Tekura. Creo que no soy el único despistado aquí, eh ¿no ves que es una rata gigante?
_ ¡Y-ya l-lo sé, zopenco! Pe-pero… bueno… es que ¡Ugh! ¿No será un disfraz? ¿No?
El impasible roedor quedo helado al escuchar las palabras de la chica.
_ Je, no lo es señorita.
_ ¡Oh! Je, je… je. Ya veo – respondió tragando saliva.
_ ¡Ja, ja, ja! No se preocupe. Nuestro maestro posee los rasgos de todo un ser humano, y se sorprendería al ver que sus modales son mucho mejores que de cualquier hombre.
_ ¡Cofh, cofh! – tose el sensei algo nervioso – Gracias por la introducción, Donatello. Así es, mi cara joven. Aunque nuestras apariencias no sean del todo agraciadas, nuestro espíritu sigue el camino shinobi. Y como ustedes han sido presentados, debo corresponderles. Aquí a mi lado esta Rafael, el hermano imperioso del grupo. A su derecha Donatello, habido por el conocimiento y la tecnología. Y a mí izquierda se encuentra Leonardo, líder de las tortugas. Yo soy Splinter, su tutor y maestro.
La chica a duras penas podía creer que una rata gigante tuviera tales modales. Igualmente, correspondió al saludo.
_ Mu-mucho gusto.
_ Es honor, Splinter-san. No obstante, he de deciros que vuestra presencia me es de suma intriga, a decir verdad ¿Qué les trae por estas tierras? – pregunto Kashi.
_ Es verdad. Quizá crean que hemos invadido vuestro territorio, y pedimos disculpas por ello, pero lo que nos trae aquí es la búsqueda del cuarto hermano de las tortugas… y ahora que lo veo, también de nuestro amigo humano que salió huyendo a saber dónde.
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jaja para mi que son ranas discípulas de el maestro Roshi... es cierto el Maestro Splinter todo un señor. Me encantaría que los shinobis tuvieran sus nombres originales y técnicas originales pero bueno seguiré la historia para ver en que terminan.
ResponderBorrarBueno, suenan chocantes los nombres, lo sé. Pero todo tiene un porque y un motivo; solo esperen a verlo y verán el sentido. Pero bueno ¿a que Ramen no suena bien? Jajaja
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