lunes, 12 de mayo de 2014

Las TMNT en el mundo Ninja - Cap. 1 / 3ra parte

Si la última parte de esta historia no satisfizo vuestro deseo de acción, esta tercer entrega les llenará su vacío con una entrada, dos platos principales y postres de mucho frenesí... descriptivo. Un trepidante episodio que no les dará tiempo para respirar hasta el final.

Escojan a su gusto el tamaño de la fuente para que sea más cómoda su lectura... ¡y a leer se ha dicho!

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Un viaje ninjástico 
Cap. 1 - 3ra parte

Cuerpo: 14 16 18

Satisfechos hasta el hartazgo, los neoyorkinos toman asiento en redor a la hoguera. La preocupación se denotaba en los rostros de los tres hermanos que trataban de disimularlo con el silencio absoluto. No obstante, el carácter de Rafael pudo más.

_ ¡Rayos! ¿Qué estamos haciendo aquí sentados? ¡Tenemos que encontrar a Miguel! ¡Ya!
Nadie dijo nada. La calma de la noche ahogo el grito de furia de la tortuga y le respondió con el canto de las criaturas nocturnas.

_ ¡Demonios! ¡Maldito bosque gigantesco…! – volvió a vociferar Rafa, pero fue reprendido por su maestro. Creyendo que lo había amonestado por su actitud, quedo sorprendido al ver que Leonardo le hiciera señas de mantenerse en silencio y que prestara atención a los sonidos.
Todos quedaron inmóviles, expectantes ante la incertidumbre de estar asechados por algo. El agudo oído del maestro pronto detecto suaves pisadas, a lo que ordeno que el grupo tomara posiciones de resguardo. O´Neil salió disparada hacia su tienda, cerrando a toda velocidad el zipper, dejando fuera al desdichado Casey. Pero las tortugas ya se habían ocultado sigilosamente, esperando la oportunidad de sorprender a sus “invitados”.

Splinter, de un veloz movimiento, apago el fuego dejándolos en plena oscuridad. Jones temblaba tanto que sus rodillas se confundían con el batir de las alas de un búho. A decir verdad, dicha ave roso el rostro del asustado peleador, haciendo que saliera corriendo por el bosque sin dirección aparente.
Rafael a duras penas pudo contenerse por la reacción de Casey cuando, desprevenido, sintió algo en su parte trasera. Era un perro que lo había mordido.
Prontamente dejó inconsciente al can de un golpe certero, solo para darse cuenta que estaba rodeado por media docena más. Aprovechando que sus invitados se habían dado a conocer, Splinter reaviva el fuego con una bomba de pólvora. La luz develo la presencia de tres personas extrañamente ataviadas, una de las cuales parecía ser el amo de la manada de perros.

Donatello toma la iniciativa y lanzó una red sobre los canes, atrapando a todos sin problemas. Leonardo, entonces, se le acerca por la retaguardia al mayor y trata de incapacitarlo, pero este detiene el golpe hacia su cuello con… otro perro, un tanto extraño, diciendo a viva voz: “Tecton: chiguagua de granito-no jutsú”. La efigie soporta bastante bien la palma adolorida de Leo.
Mientras tanto, Rafael se lanzó contra la figura que tenía la cabellera más larga atacándola en dirección a sus piernas para hacerla caer. Cuando estaba a punto de lograr su cometido, ve que su enemigo le abanicaba una enorme maza vociferando: “Shannaro”. A duras penas la tortuga esquiva el golpe contundente.

La tercer figura intento liberar a los perros, cuando Don le bloqueo el paso con su “bo”. Su contrincante grito furioso, y a semejanza de sus compañeros, ataco a la tortuga enunciando su ataque: “cosplay no-jutsu”. Instantáneamente aparece un clon idéntico a él que, sin perder el tiempo, toma algo de su bolsillo y lo introduce en un globo que ya tenía preparado su par invocador. El atacante, que tomo carrera, bramo fuertemente: “cocasengan”. Anonadado por lo que ocurría, Donatello casi se lleva de lleno el ataque si no fuera por la intervención de su sensei. El globo, que se desprendió de las manos de su lanzador a un metro de su objetivo, explotó ferozmente produciendo una fuerte onda expansiva efervescente contra el bastón de Splinter, que se hizo añicos por la mitad.
Ambos grupos retroceden para agruparse, entendiendo que sus contrincantes merecían la atención debida. Y el respeto. Y que no eran pan comido. Y…

_ Sí, sí. Ya entendimos la idea, señor escritor – me reprende mi editor.
El único sonido que se podía oír era el de los grillos mientras estos permanecían expectantes ante el movimiento de sus adversarios. Me refiero a las tortugas y los desconocidos intrusos. No a las ranas que miraban con mucha hambre a los aterrados grillos. En fin, ustedes me entienden.
Impaciente, Rafael hace el primer movimiento contra el invocador de cosplayers. Mientras arremetía contra este, vio cómo su oponente hacía varias señas de mano. Cuando estaba a punto de alcanzarlo, Donatello deja a todos sorprendidos con una peculiar declaración.

_ ¿El carnero se ríe del tigre porque no tiene cuernos?
Rafa mira a su hermano con cara de no entender nada.

_ ¡¿Y eso a que ha venido, Dona?!
Entonces, Splinter y el amo de los perros comienzan a reír a carcajadas.

_ ¿Y ahora? –vuelve a preguntar el confundido ninja – ¿Era un chiste?
El invocador de cosplayers también permanecía sin hacer nada viendo extrañado la reacción de su compañero.

_ Jo, jo, jo. No te preocupes, Rafael. Tú hermano ha confundido las señas de sordomudo con los sellos manuales del ninjutsu.

_ Ah… eh… ya veo – responde sin entender demasiado.

_ Je, je. Pero bueno, que también a mí me ha sorprendido el hecho de ver “técnicas” ninja que mi maestro leía de libros de fábulas.

_ ¿Fábulas, sensei?

_ Así es, Donatello.
El trió agresor permanecía inmóvil, como no sabiendo que hacer.
_ O historias, como las que lee vuestro hermano Miguel en sus cómics.

_ ¡¿Eh?! Lo siento, maestro, pero estoy perdido.

_ Je, je. Me refiero a que no son reales. Solamente cuentos sobre la mitología referente a las habilidades de los ninjas. Se los consideraba magos o hechiceros por su forma de trabajar y lograr sus cometidos en los tiempos feudales del antiguo Japón.
El cosplayer invocador levantó el puño con desdén y vociferó con furia para que lo escucharan.

_ ¡¿Qué no son reales?! ¡¡Quien te crees que eres!! ¡Aquí veras que tan real es mi arte ninja!
Leonardo, un tanto preocupado, le dice a su maestro:

_ ¿Está seguro de lo que ha dicho, sensei? En los mundos paralelos a los que hemos ido han sido varias las fantásticas habilidades irreales las que hemos presenciado ¿Por qué aquí sería diferente?

_ Por eso, Leonardo –replica el roedor apuntando hacía la técnica que estaba realizando el enfurecido contrincante con las manos a toda velocidad.
Al finalizar las señas de manos, por detrás de él se habían reunido dos individuos notablemente diferentes en su figura respecto al que pretendían remedar. Uno, con ayuda de su invocador, sostenían un enorme globo de piñata mientras que el tercero lo cargaba con un sifón de soda.

_ ¡Oh! Ahora lo comprendo ¡ja, ja, ja, ja, ja, ja! Que ridículos se ven.
La furia se hizo notar en el rostro de los tres. Antes de que la técnica estuviera completada, estos habían sido rodeados por las tortugas.

_ ¡¿Cómo?! ¡Son muy veloces! –exclama el cosplayer.

_ ¿Eh? Hombre, si se han tardado lo suyo para su “gran” técnica ¿no creen? –dice Donatello.
La figura de cabellos más largos, no “muy” largos, que había terminado siendo una mujer, grita horrorizada mientras el tercero se baja el pañuelo que tenía tapada la mitad de su cara, descubriendo una mini linterna laser sobre su ojo izquierdo.

_ ¡Eh, eh! Quítame esa luz de los ojos, zopenco ¿no ves que me puedes dejar ciego? –se queja Rafael. Aprovechando la oportunidad, uno de los clones derriba a la tortuga. Donatello pierde la concentración por esto, haciendo que el otro clon soltara la piñata al suelo. Y ya saben.


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