jueves, 1 de mayo de 2014

Las TMNT en el mundo Ninja - Cap. 1 / 1era parte

Las Tortugas Ninjas...

¿Quien no recuerda sus aventuras en el tortumovil? ¿El tecnodromo? ¿Rocoso y Bebop?
Desde 1984 (¿o será antes?) estas míticas tortugas nos han cautivado con su peculiares aventuras, una mezcla de cultura punk postmodernista, creando un universo muy particular y tragicómico.
Entonces ¿que pasaría si ellas se cruzaran con... en un mundo realista pero diferente al suyo?


El primer capítulo particionado llega hoy con la respuesta ¿o no?
Escojan a su gusto el tamaño de la fuente para que sea más cómoda su lectura... ¡y a leer se ha dicho!

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Un viaje ninjástico 
Cap. 1 - 1era parte

Cuerpo: 14 16 18

Érase una vez, en las alcantarillas de la ciudad de Nueva York, que las tortugas ninjas emprendieron un periplo que nunca se lo habrían imaginado. Aunque, a decir verdad, estaban acostumbradas a viajar por dimensiones y mundos paralelos sin igual, con consecuencias tragicómicas como su trama lo demandaba. Pero esta vez les esperaba algo muy peculiar.
Hacía buen tiempo que habían estado en paz con el clan del Pie, la pandilla de los Dragones y demás enemigos conocidos. En especial con Shredder y Krang. Entrenando en su guarida, se mantenían ocupados mejorando sus técnicas ninjas mientras su maestro, Splinter, los supervisaba. Pronto solo eran Rafael y Leonardo los que quedaron practicando, ya que Donatello se retiró para proseguir con sus inventos y Miguel Angel con los comics.

_ Vaya, vaya… ¡así nunca llegaran a ser buenos luchadores! – se jacta Rafa.
Dona prosiguió con su trabajo sin siquiera responderle. Miguel, levantando la mirada de su historieta, le espeto con jocosidad algo que lo enfureció tanto a lo que Leo debió detenerle.

_ No sabía que para ser un buen luchador había que recibir tantos golpes como tú lo haces.

_ ¡¡Si serás…!! – gritó con furia la rebelde tortuga mientras su hermano reía a más no poder.
Splinter sacudió la cabeza al ver que sus jóvenes alumnos demostraban a flor de piel que eran un cuarteto de adolescentes que poco podían contralar sus temperamentos.


La mañana prosiguió sin más percances con Leonardo puliendo sus katanas, Donatello ampliando su colección de artilugios, Miguel su estómago y Rafael deambulando solo por las cloacas. Fue entonces que el ambiente perdió su equilibrio de paz cuando Casey Jones llegó.

_ ¡Qué hay tortugas! ¿Un día aburrido? No se preocupen ¡Que llego Casey!

_ ¿Y eso supone algo bueno?

_ ¿Eh? Que dices, Dona. Oye, que hoy estoy de buen humor… ¡y mira que te he traído!
El joven, luego de buscar y rebuscar en su bolsa de “herramientas de justicia” extrajo una brillante piedra de color naranja que irradiaba una tenue luz en su interior cristalino.

_ ¿Y eso? ¿De dónde la sacaste? – replica Leonardo no muy seguro de la procedencia, ni del proceder del portador de la roca.

_ Oye, oye. Me extraña que dudes de mí, que soy un paladín de la justicia y…

_ Sí, sí.

_ Jum. Bueno, esta piedra la encontré mientras venia hacía aquí, aunque no me lo crean. Mire alrededor para ver si se le había caído a alguien desde arriba, pero esta estaba muy lejos de una boca de tormenta.

_ Vaya, supongo que no tiene caso preguntar su procedencia. A ver, déjame que le eche un vistazo.
Donatello toma la roca y la coloca bajo un extraño microscopio donde comienza a realizarle todo tipo de estudios que, si los enumero ahora, se me acabaría la hoja. Al despertar todos, Dona les declara, excitado y bastante agotado, que se trataba de un cristal asombroso.

_ ¿Mmh? Así que… ¿qué es lo que hace? – pregunta Miguel somnoliento.

_ Pues, la cantidad de partículas y elementos que lo componen es inusual.

_ Es decir…

_ Su forma, estructura y composición denotan que posee propiedades especiales.

_ Bien. Eso suena interesante, pero… ¿y?

_ La energía que contiene dentro sobrepasa los límites de mis herramientas de mensura.

_ ¿Eh? Entonces, y sabiendo todo esto, la función que debe desempeñar ha de ser asombrosa como nos has dicho ¿Qué es lo que hace? – pregunta Miguel emocionado.

_ Pues… este… no tengo la menor idea –dijo Donatello sonrojado.
La declaración de su hermano pronto produjo que todos dejaran de mostrarle interés a la roca, haciendo que volvieran a sus acostumbradas actividades de siempre.
Mientras, el cristal fue yendo de un lugar a otro como un pisa papeles, batería de radio, adorno de escritorio, pelota, soporte de mesa ratona, dado para partidas de calabozos y dragones, hasta llegar a las manos de Miguel una noche cuando apagaron las luces y este estaba muy emocionado en la lectura de su cómic favorito. Empleando la roca como linterna, prosiguió con su tarea cuando, de pronto, se le resbalo de las manos y cayó sobre la historieta rasgando una buena cantidad de páginas.

_ ¡Rayos…! ¡Oh! ¡Shhh! – se acallo a sí mismo. Viendo que nadie lo amonestaba, regreso su vista a las páginas dañadas de su cómic favorito. Al hacerlo vio que las hojas de este irradiaban una luz naranja similar a la del cristal. El fulgurante destello se movía lanzando luces por todos lados mientras iban reparando las páginas de la historieta, para alegría y euforia de Michelangelo. Donatello pronto despertó al sentir, y oír, la voz de su hermano.

Este se acercó al cuarto de Miguel Angel desde donde extrañado había visto los haces de luz. Al llegar al portal de la habitación su hermano lo descubre.

_ Eh, Dona ¡ya sé para qué sirve el cristal! Mira como ha reparado mí… – exclama emocionada la tortuga mientras sostiene su cómic, cuando de pronto un agujero de gusano comienza a succionarle. Donatello no podía creer lo que estaba ocurriendo.

_ ¡Miguel! ¡¡¡Nooooo!!!
Su hermano había sido irremediablemente succionado al interior del torbellino. El alboroto producido hizo que todos despertaran y acudieran al lugar.

_ ¡¿Pero qué rayos es eso, Dona?! Y… y… ¿Por qué estas sollozando? ¿Miguel Angel rompió alguno de tus inventos otras ves? – pregunto Rafael inocentemente.
Pero Donatello seguía sin decir una palabra, como en estado de shock.

_ Vaya. Creo que esta vez fue algo más que solo un invento normal ¿Qué es ese vórtice de allí? –señala Leonardo un tanto asombrado.

_ ¡Diablos! ¿Otro portal más? ¿Es que no podemos pasar una temporada sin viajar a una dimensión belicosa? Porque nunca se trata de playas paradisiacas o…

_ Rafael.

_ Lo siento, sensei.
Sacudiendo a la paralizada tortuga, Leonardo al fin consigue que este volviera en sí.

_ ¡¡Miguel!! ¡¡¡Nooo!!! Eh… ¿ah?

_ Hola Don ¿Qué tal ese sueño? ¿Electrizante?

_ Ya, Rafa. A ver ¿Qué ha ocurrido, Dona?

_ ¿Eh? Oh ¡Oh! –este se da la vuelta y mira horrorizado hacia el portal.

_ ¿Tiene algo que ver con ese torbellino de “Tang”?
Intempestivamente la tortuga gira sobre sí y sale raudo hacia su laboratorio.

_ Jum. Veo que no ha sido tan grave la cosa. Como siempre, oye menos de la mitad de lo que le decimos. Que les parece ¿a la camita otra vez? –pregunta el rebelde alegremente.

_ Rafael.

_ Este… lo siento de nuevo, sensei.
Al poco rato, Donatello aparece como una tromba y les dirige la palabra con tono directivo.

_ ¡Rápido! No tenemos tiempo, hermanos. Debemos buscar a Miguel por ese portal antes de que se cierre. Tomen cada uno un cable de acero que he amarrado al pilar principal ¡Dense prisa!

_ ¡Rayos…! Y otra vez salimos de paseo por el limbo – se lamenta Rafa.

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